“Erase una vez…” o “No hace mucho tiempo que…” Así comienzan muchas de las historias que nos contaban cuando eramos pequeños. Cuentos fantásticos que nos dejaban boquiabiertos e historias de nuestros abuelos que ni siquiera creíamos que pudiesen ser reales. ¿Lo eran acaso? Daba igual, porque lo que vivíamos, lo que experimentábamos por unos momentos no se podía pagar con nada.
Las historias nos acompañan desde tiempos inmemorables. No hay más que echar un vistazo atrás y darse cuenta de la cantidad de mitos y relatos sobre los que se asientan los pilares de nuestra historia.
No cabe duda de que el relato es importante para el ser humano. El storytelling forma parte de nuestras vidas, transmitimos emociones, sentimientos, valores y tradiciones, y las marcas han sabido aprovecharse de esta situación.
Necesitamos algo más Pero ¿el qué? El sentimiento. Por eso el marketing emocional es tan eficaz. Es capaz de conseguir despertarnos un sentimiento de afección, ilusión o empatía hacia una marca asociada a un producto. Esta forma de comunicar se ha convertido en una técnica de fidelización inmejorable y que ha supuesto el punto de inflexión del paso del anuncio estático al participativo; del usuario pasivo al activo. Y es que, muchas marcas han sabido aprovechar el potencial real de las redes sociales; un medio muy eficaz para acercarse a los usuarios y conocerlos algo más de cerca.
Internet ha significado el paso definitivo para que el storytelling se desarrolle estratégicamente, ya que ha propulsado la existencia de una comunicación bidireccional, es decir de un usuario activo en la búsqueda de un producto. Por eso el usuario busca opiniones en foros, entre sus amigos de redes sociales…Quiere, definitivamente algo más que el típico anuncio inamovible que aparece en televisión. Es el momento de la integración de varios medios (croudwsourcing), de las opininoes de los usuarios y de las historias;las marcas han tenido que reinventarse. Pero, ¿Cómo?
Pues bien, el gran reto es conseguir que el público se sienta afín e identificado con la marca y con sus valores. De hecho, funciona más el anuncio que cuenta una historia que aquel que se centra sólo en el posicionamiento del producto.
Para que sea eficaz es necesario construir y definir unos valores que posteriormente se van a transmitir. ¿Es lo mismo Mercedes que Citröen? Claramente, no. Dependiendo de cómo seamos nos identificaremos bien con una u otra. Por eso es necesario construir unos valores sólidos en torno a la marca y contar una historia que genere un vínculo emocional con el público, es decir que se dirija tanto a la razón como a la emoción; que el anuncio no pase inadvertido.
Además de definir los valores de marca, otro de los principios es escuchar y participar. Algunas ya saben como hacer efectiva su publicidad: tienen presencia en redes sociales, hacen un seguimiento exhaustivo de lo que su target espera de él, se lo ofrece y le hace partícipe en sus acciones; el valor añadido.
si esto no es así, ¿Por qué ha funcionado la campaña de coca-cola “ hay razones para creer en un mundo mejor”?
La respuesta es sencilla. En primer lugar, ha funcionado porque el usuario ha participado activamente tanto en Twitter como en el spot. En segundo lugar, porque ha contado una historia que a todos nos afecta y nos emociona, y por ende nos sentimos en sintonía con la marca.
Por tanto, el relato es importante. Y siempre lo ha sido ya no sólo para la publicidad y marketing porque las historias como ya se ha mencionado forma parte de nuestras vidas y nos reafirman como seres humanos, rompen la barrera temporal;pasado, presente y futuro y se pasan de padres a hijos. Se convierten en patrones de comportamiento y en costumbres.
Hacen que experimentes emociones que de no ser de esta forma no se podría y para el marketing es una técnica inmejorable de e-branding.